La meditación es concentración en algo concreto, por ejemplo, la respiración, un paisaje de un cuadro,… y a la vez se libera la mente de todos los pensamientos. Durante la meditación la mente permanece en Dios solamente.
¿Por qué meditar?
El anhelo de expandir nuestra conciencia y experimentar la unión con lo más elevado de la existencia. Tratemos por fin de calmar nuestra mente y silenciar nuestros pensamientos para poder escuchar nuestro ser interior, el momento en que comencemos a practicar la meditación.
La meditación es una de las actividades humanas más profundamente satisfactorias y se inicia cuando los pensamientos y las emociones se han serenado. Es un estado de intensa conciencia interior en que la atención no está inmersa en los numerosos proyectos y problemas de la vida externa sino que permanece totalmente absorta en el superconsciente.
El estrés es la respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante las situaciones que nos resultan amenazadoras o desafiantes. Cuando la respuesta de estrés se prolonga o intensifica en el tiempo, nuestra salud y nuestra capacidad personal pueden verse afectadas. Fisiológicamente, se ha descubierto que la meditación, entre otras cosas, reduce el estrés, fortalece el sistema inmunológico y es una ayuda en los procesos curativos del cuerpo.
El proceso de la meditación además de dar más control sobre las funciones del cerebro, también lo hace sobre las funciones fisiológicas y el sistema nervioso involuntario. Esta capacidad no significa que la persona no reaccione, sino que tiene mucho mayor control sobre sus reacciones.
Empezar la meditación
Para Empezar su Meditación, medite regularmente por la mañana temprano entre las 4 y las 6 de la mañana. La mente está en calma y descansada a esa hora.
Prepare en el piso un lugar que no sea demasiado blando, ni tampoco demasiado duro. Se recomienda utilizar una estera vegetal que cubra el asiento utilizado. Sitúese cómodamente en él, cruce sus piernas y respire lenta y profundamente. Mantenga erguido y derecho el cuerpo, el cuello y la cabeza. Con los ojos entrecerrados, mire fijamente la punta de la nariz, cerrarlos completamente significaría la posibilidad de dormirse; abrirlos del todo significaría la posibilidad de ser distraído por los objetos a su alrededor.
Observe cómo entra y sale el aire a través de sus pulmones. Usted puede respirar con los pulmones o con el estómago. Es muy importante que usted respire lo más lento y profundo que pueda. Medite cómo su vida consiste en una cantidad determinada de respiraciones, y cómo si llegamos a respirar lentamente, podremos vivir más tiempo.
· Si meditas media hora diariamente serás capaz de enfrentar la batalla de la vida con paz y fortaleza espiritual.
· La meditación termina con todas las penas, sufrimientos y pesares.
· La meditación es el tónico mental y nervioso más poderoso.
· Aporta mayor flexibilidad a las articulaciones, ligamentos y músculos de las caderas, de los pies y las piernas por la postura.
· Equilibra la acción cardiaca y respiratoria.
· Mediante la meditación la mente se vuelve calma, serena y firme. Solo una idea ocupa la mente.
· Gradualmente entrarás en meditación profunda y samadhi.
El Samadhi
El Samadhi o éxtasis es el Nirvana de los budistas: ese estado de perfecto equilibrio psico-espiritual en el que nacen la paz interna, la autorrealización y la inmensa alegría del espíritu.
Samadhi es la puerta que abre la Divinidad en nuestro interior, en la que el nivel consciente de la mente se unifica con el inconsciente y éste, a su vez, con el alma. Claro que, como es tan precioso, cuesta mucho alcanzarlo, aunque el amor aminora el sacrificio. Sin embargo, el ardiente deseo y la sincera práctica de la meditación, aun viviendo con la familia y cumpliendo con los deberes sociales, hacen que finalmente podamos lograrlo.
“Cada ser vivo posee Prana; esta energía tiene influencia en el agua, en el sol, en el aire, en los alimentos, y circula por nuestro cuerpo. Todos los seres humanos pueden aumentar esta fuerza cósmica cuando quieren, mediante la respiración y los ejercicios respiratorios del Yoga”. Mataji Indra Devi
Una persona que practica Yoga seriamente, se llama Yogi. El Yogi se ocupa diariamente del desarrollo práctico de la ciencia del Yoga, y aprende los diferentes ejercicios y técnicas, tanto del Yoga como de la Meditación.
En los Himalayas viven Yogis que, mediante los ejercicios del Pranayama (del Sánscrito PRANA, fuerza vital o etérica que ocupa el cosmos; y YAMA: controlar), aprendieron a controlar completamente el aire dentro de su cuerpo (ellos pueden vivir 300 y 400 años).